"(…) En el caso de La marcha de 150.000.000,
la seriedad del planteamiento de Falcón, su titánica lucha, mediante
la palabra, contra algo que le sobrepasa en muchos dígitos, la
articulación de esa lucha, descompensada y por necesidad abocada al
fracaso, me lleva inevitablemente darle un giro y tomármelo en serio, y
en ese giro, detecto el componente poético que palpita tras la
evidente lectura ideológica del poemario. Si me parece excepcional, es
por su condición de auténtica expresión estética alucinada, la
expresión de un verdadero artista en el sentido que el romanticismo le
daba a esa palabra: el creador que contra todo pronóstico, contra
viento y marea, redacta una obra que es la expresión de la fractura, su
propia fractura, entre el yo poético y el Mundo, el Mundo con
mayúsculas; el que no puede o no quiere cerrar el hueco vital por el
que se cuela un Mundo que no entiende: el Mundo sigue rodando, pero él,
el artista, no entiende por qué es así ni por qué debe ser así, y
entonces es él contra la propia Contemporaneidad en un libro que, dicho
sea de paso, dada la extensión de los poemarios actuales, casi podría
calificarse de monumental, y, no lo olvidemos, no es nada fácil
mantener un pulso de tal calidad durante tantas páginas (…)"