Una poética para 150.000.000

desordenar la vida (en la intemperie compartida del mundo), hacer visible lo ninguneado y apurar el tiempo de las acogidas : acompañar tantas opciones -personales, colectivamente organizadas, removiéndose en la red- por la resistencia : bajar al temblor de dentro en el encuentro con los otros : renombrar el mundo allí donde la herida, allí donde estalle la vida que resiste : incluir la distorsión de la lengua en un proyecto de escritura que ponga en conflicto nuestras relaciones simbólicas y políticas con el reino de los asesinos, el de -también- los usurpadores del lenguaje : reconocer insuficiente la viabilidad de la protesta a partir de sólo los contenidos : y (contra todo descanso) : pronunciar nosotros – para el cautiverio y la esperanza- en una lengua que no sea la materna